Anorgasmia femenina ¡¡9 técnicas que ayudan a alcanzar el orgasmo!!

Dicen los expertos que entre el 35-40% de las mujeres nunca ha experimentado un orgasmo. Y que sólo en el 5% de los casos de anorgasmia existe una causa fisiológica. Es decir, que en la mayor parte de los casos, la raíz del problema está en factores psicológicos.

Las investigaciones sobre la relación sexual han revelado que ésta tiene 4 fases diferenciadas:

  1. Deseo: es la primera etapa, nos sentimos dispuestos a la relación, nos ha podido incitar un roce, caricia, beso, una imagen,…. Deseamos que nos acaricien, besen,… estamos dispuestos a la relación sexual.
  2. Excitación: es la respuesta física al deseo que experimentamos. Empezamos a secretar feromonas. Y nuestro cuerpo se prepara para la relación, acelerándose nuestro ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea. Nuestro clítoris y vagina aumentan de tamaño y nuestros pezones se ponen erectos. La vagina comienza a humedecerse y nuestro útero cambia de posición, elevándose en relación a su posición normal.
  3. La fase de meseta : se incrementa la excitación y aumentan todas las respuestas ya mencionadas. Hay mayor lubricación vaginal, se agranda la areola de los pezones, el clítoris se esconde bajo el capuchón que forman los labios exteriores y se oscurecen los labios interiores.
  4. Orgasmo: toda esta excitación culmina con el orgasmo. Un estallido de placer que nos recorre todo el cuerpo. Está es la fase más corta, pero más placentera. Con el orgasmo se liberan endorfinas, oxitocina y dopamina que nos harán sentir plenos y relajados. A partir de este momento, nuestro cuerpo recupera poco a poco los valores normales.

En la anorgasmia se dan las 3 primeras fases, pero no se alcanza el orgasmo.

La anorgasmia puede ser de distintos tipos:

  • Anorgasmia primaria. Cuando nunca se tuvo un orgasmo.
  • Anorgasmia secundaria. Si se tuvieron orgasmos, pero actualmente no se consigue tenerlos
  • Anorgasmia circunstancial. Se tienen orgasmos sólo en ciertas circunstancias, como por ejemplo, si se practica el sexo oral o la masturbación, o sólo con una determinada pareja.

¿Qué te puede ayudar a tener una vida sexual plena?

  1. Explora tu propio cuerpo. Dedícate tiempo a conocerte y a experimentar en qué zonas sientes placer.
  2. Analiza las ideas que tienes acerca de la sexualidad, el amor, las relaciones de pareja,… especialmente, en relación con el placer sexual. Si puedes relajarte y dejarte llevar por las sensaciones. O tienes dificultades por la aparición de emociones o pensamientos que están impidiendo tu disfrute sexual.
  3. Amplía tu conocimiento sobre la respuesta sexual. La sexualidad no es sinónimo de relaciones sexuales con penetración. La sexualidad es todo un conjunto sensaciones y comportamientos relacionados con el placer sexual.
  4. Realiza ejercicios de relajación o respiración. Cualquier actividad relajante y de conexión con tu cuerpo, te ayudará durante la actividad sexual y te permitirá sentir la estimulación placentera a través de todos tus sentidos.
  5. Fomenta las fantasías sexuales. La literatura erótica o el cine erótico pueden ser de gran ayuda.
  6. Ejercita la musculatura pélvica. Los ejercicios de Kegel son unas pautas que, además de ayudar a prevenir y corregir la incontinencia urinaria. Se han mostrado exitosos para la resolución de muchas alteraciones sexuales.
  7. Da a tu sexualidad la importancia que tiene. Dedica una parte de tu día a conectar con tu cuerpo, tus deseos y fantasías sexuales. Dado que la mayor parte del día, vamos estresados cumpliendo con las obligaciones que nos imponemos. Es fundamental destinar un tiempo para entrenar tu sexualidad y realizar aquellas actividades que sean de tu agrado.
  8. Si tienes pareja, fomenta la comunicación. Dile que es lo que has descubierto sobre cómo reacciona tu cuerpo a determinada estimulación. Cuéntale qué es lo que te gusta y cómo te gusta. Estará encantado de darte placer.
  9. En la relación sexual con tu pareja, céntrate en las sensaciones que te llegan por tus cinco sentidos y procura evitar esos pensamientos de «lo estaré haciendo bien», «qué pensará de mí», » le gustará mi cuerpo»,… La autoconfianza y las ganas de disfrutar son indispensables para dejarte llevar y disfrutar del placer.

Y recuerda que convertir el orgasmo en protagonista absoluto del placer, no sólo limita las posibilidades del placer. Sino que puede ser el origen de las dificultades para alcanzarlo.